No es que no puedas… es que no sabes cómo.

Son tiempos de introspección para evaluar el año que termina y plantearnos o replantearnos las metas y objetivos para el siguiente año. Me han hecho muchas preguntas pero hay una que me ha llamado más la atención: ¿Qué es lo que hace que alguien logre algo?  Nada extraordinario se requiere para lograr metas y objetivos, es la suma de acciones y hábitos ordinarios lo que puede crear cosas extraordinarias

Voy a ir explicando poco a poco el proceso para convertirnos en personas que logran sus metas y alcanzas sus sueños.

Empezaré por la meta misma: ¿QUÉ QUIERO?, es decir, cuál es mi meta y el plan de acción para lograrla. Seguramente hay algo que quieres lograr. Todos deseamos cosas pero un sueño se convierte en meta cuando es medible, tangibles y específico, con fecha límite, cuando sabes el costo de lograrla, los recursos que requieres para manifestarla, si es alcanzable, si es retadora, con un plan de acción real y concreto, das seguimiento y revisión.

Necesitas concretar, tener claridad de qué quieres, se requiere orden y conocimiento para definir todos estos factores, pero sobre todo perseverancia para continuar hasta el final, disciplina para mantenerte cuando la motivación flaquee y flexibilidad cuando el proceso te rete.

¿PARA QUÉ? Conócete y ten el coraje de ser tú, has tuya la meta, no impuesta consciente o inconsciente, que seas leal a ella, que te motive, que cuando te rete te embriagues de adrenalina, que cuando cierres los ojos puedas visualizarte lográndola, que puedas sentirla y todos se asombren de tu pasión y determinación cuando hables de lo que quieres. 

Vas a tener miedo y a dudar de ti, va a ser incómodo, te van a rechazar y vas a sentir frustración quizás más de una vez. Es aquí cuando debes saber ¿Para qué? ¿Por qué quieres manifestar esto? Para tener respuestas claras y contundentes debes saber QUIEN ERES. Dejar de huir cada vez que sientes incomodidad y dejar ir el apego a los resultados. Deja de querer controlar el proceso de vida, requieres vivirlo y dejar que se manifieste, la abundancia nunca se manifiesta a través del control y apego. No necesitas llegar a la meta para ser feliz y pleno, la felicidad no está en lo que logras, sino en quien te conviertes en el proceso.

Y es aquí donde todos se quiebran y se convencen que no pueden, que no merecen lo que desean. Ese es el pobre argumento con el que nos engaña el Ego porque no quiere que descubramos de qué somos capaces. En los primeros aprendizajes u obstáculos te convences que no puedes lograrlo antes de convencerte de ser flexible y generar cambios, buscar alternativas diferentes. No es personal. Aprende a confiar en la vida y en el proceso que debe pulirte. Suelta y permitire la transformación en tiMereces lo que deseas, pero… ¿Sientes, piensas, y te comportas al nivel de esa meta y sueño? ¿Tus creencias son de alguien que ya lo logro? ¿Tus acciones diarias te acercan o alejan de tus sueños? ¿Críticas a la gente que ya tiene lo que tú quieres? Considera que no hay incongruencias, así que si los resultados y evidencias no son lo que esperas es momento de mirar en ti. 

Respira. Tu mente y tu corazón no han sido entrenados para lograr tus metas y ser feliz. Puedes empezar a entrenarlos hoy con estas recomendaciones sencillas pero no por ello menos poderosas. 

Trabaja en pequeños propósitos, hábitos o metas muy pequeñas y a casi inmediato plazo nos ayuda no sólo a entrenarnos sino a recobrar la confianza en nosotros mismos. 

Acepta la incomodidad. El miedo siempre va a estar, está para impulsarte, pregúntate ¿A qué acción me está invitando este miedo? Seguramente a prevenir, a informarte, a buscar otras opciones, a hacerte preguntas más profundas. El miedo está ahí para que lo superes. Si dudas de tus capacidades bloquearás tu capacidad de autoreconocimiento por lo tanto no podrás poner tus talentos al servicio del logro de tu meta, permitiendo que los miedos le ganen a la autoestima y entonces la mente empezará a enloquecer activando todas las creencias limitantes de ti y tu situación hasta convencerte de que no puedes. Todo esto es incómodo, bien ahora ya sabes que va a pasar, y es un buen indicador. 

La incomodidad es un indicador de que hemos salido del “área de confort” aunque a mí me gusta llamarla el “área de lo conocido”, porque no siempre se siente cómodo estar en un lugar donde no suceden cambios y sabemos que ya no pertenecemos. La incomodidad es símbolo de cambio y evolución. Si sientes incomodidad es una buena señal. Sigue adelante. Ahora empezarás a transitar por el área de los milagros. Marianne Williamson dice que los milagros son el cambio de percepción de la situación exterior no el cambio repentino de la situación exterior. Empezamos a ver posibilidades, empezamos a ser creativos, empezamos a considerar nuevas opciones. Empezamos a CREAR conectando con nuestra esencia divina. Somos seres creadores y nuestro principal objetivo es crear la vida que deseamos.

La motivación puede desaparecer por cansancio emocional o mental, entonces, ¿Cómo me mantengo en el camino? Con perseverancia y disciplina, con orden y organización. Para ello hay que entrenar la voluntad. La voluntad se entrena con pequeñas metas a 6 meses o a 1 año.  Al lograrlas podrás sentir que vas reconociendo y recuperando tu poder personal. Eso es algo que nadie te puede dar, la conexión con tu poder personal. Sólo tú puedes transitar ese camino a través de la creación o transformación de hábitos que sabes que pueden traerte algún tipo de beneficio como: dejar la azúcar, hacer 3 horas de ejercicio a la semana, leer 5 páginas diario, desmaquillarte antes de irte a la cama, hacer tu cama al levantarte, levantarte de la cama en cuanto suena la primera alarma, ser puntual, no comer carne los lunes, ahorrar todas las monedas que recibes en el año, meditar diario 15 minutos. No necesitas cosas extraordinarias, sino algo que ayude a fortalecer tu perseverancia y disciplina entrenando tu voluntad, que te permita ser constante y requiera repetición. Te comparto que este año yo elegí dejar de comer pan…y lo voy a lograr.

Reconocimiento y agradecimiento son cosas que te ayudaran a entrenar el corazón en este proceso. Has listas de todos los regalos y atenciones que recibes como el café que te invitaron, la amabilidad de tus vecinos, del regalo sorpresa que llego por correo, del préstamo que te ofrecieron porque creen en tus sueños y que los vas a lograr, del descuento que te hicieron por ser cliente constante, te recomendaron, reconocimiento, te agradecen tu trabajo, que alguien te hable para saludarte.  Primero es reconocerlo y después reconocerte. ¿Qué es lo que haces diariamente bien? Incluso lo ordinario como ser amable y ser puntual, cumplir con tus reportes en el trabajo, hacerte el desayuno todos los días porque te importas. Eleva tu corazón y vibración agradeciendo. Agradeciendo quien eres, agradeciendo lo que no tienes como una enfermedad, como desempleo, agradeciendo lo que das por sentado y es una gran bendición en tu vida como el agua caliente con que te bañas, tus clientes, tu trabajo, lo que no salió bien hoy que te permitió descubrir información valiosa, agradece el amigo que te traicionó porque hoy puedes valorar a la gente leal alrededor tuyo.  Es desde el reconocimiento y agradecimiento que empezamos a vibrar y conectar con nuestros sueños y metas.

¿Qué estás pensando? Seguramente podrás observar que podemos ser despiadados en la intimidad de nuestro pensamiento. Escribe y deja que tu mente fluya a través del papel y podrás observar más claramente tu diálogo interno, no lo juzgues como bueno o malo, no lo descalifiques, tampoco le creas todo. Solo obsérvalo. ¿Es cierto este pensamiento?, ¿Este pensamiento te acerca o te aleja de tu meta? ¿Cómo ha sido tu vida teniendo esas conversaciones contigo? ¿Qué pasaría si creyeras algo diferente? ¿Cómo impactaría tu vida si te dijeras algo diferente?

En una nueva hoja de papel escribe todo lo que te gustaría creer reconociéndote y manteniendo tu agradecimiento, que te ayude a creer en ti, que te acerque a tu meta, que te mantenga en la perseverancia y disciplina desde la certeza y merecimiento no desde el miedo y la duda. ¿Qué te gustaría creer de ti, de tu meta y de lo que estás haciendo? Resúmelo en una frase y ponla donde puedas verla durante el día: en el refrigerador de tu cocina, en el espejo de tu baño, en tu mesa de noche, en la pantalla de tu computadora y tu celular, en tu cartera, en tu escritorio, en el separador del libro que estás leyendo. Aprende a entrenar la mente para tener el tipo de pensamientos que te conecta con tu poder. Escríbelo en presente, en primera persona y en positivo.

Escoge sólo una meta para trabajar un año, y aplica todo esto. Lo más importante aprendamos a ser amorosos y compasivos con nosotros durante el proceso. Si un día no lo hicimos o no lo logramos, revisemos las acciones, el plan de acción, incluso la meta, o simplemente seamos flexibles para encontrar una manera más fácil de hacerlo, y volvamos a empezar. Comparte tu meta con gente de confianza que te escucha sin juicio para tener un soporte emocional

El compromiso es con uno mismo. No es que no puedas o no lo mereces. No te has dado el tiempo de entrenar tu mente y tu corazón para lograrlo. Suelta la idea de que es difícil y lejano, cree que manifiestas cambios desde la paz y pronto. Da el primer paso y responsabilizate de entrenar tu mente, tu corazón, tu voluntad y toma decisiones.

Vibra al nivel de tus sueños y manifiéstalo desde la congruencia de tu ser en cada pensamiento, palabra, emoción y acción. 

Cree en ti, te mereces tus sueños.

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